Nicolás Maduro será juramentado el viernes a las 7 p.m. (hora local) como presidente de Venezuela en la Academia Militar donde yacen los restos de Hugo Chávez, informó el jueves el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, informó la Agence France Presse.
“Convocamos para el día de mañana a las siete de la noche en el salón de honor de la Academia Militar de la Guardia Nacional a una sesión especial para la juramentación del compañero Nicolás Maduro como presidente encargado de la República”, afirmó Cabello.
Cabello añadió que el hasta ahora vicepresidente hará “el llamado a elecciones cuando corresponda, de acuerdo con la Constitución en los siguientes 30 días”.
Chávez, fallecido el martes, dejó establecido que Maduro, de 50 años, sea su sucesor y asuma la presidencia temporal mientras se convocan a elecciones, en las que además será el candidato oficialista.
Cabello expresó que el oficialismo está actuando conforme a lo deseado por Chávez y con “apego a la Constitución”.
“Estamos haciendo lo que dice el presidente” Chávez, defendió.
Maduro había, de hecho, asumido la presidencia interina de la República sin un dictamen firme del Tribunal Supremo de Justicia.
Fuentes cercanas a la situación dijeron a El Nuevo Herald que las dos principales facciones del chavismo se habían enfrascado en una intensa batalla tras bastidores para definir cuál de ellas iba a asumir el control del ejecutivo hasta que se juramente al ganador de las venideras elecciones presidenciales.
Las declaraciones de Maduro parecen indicar que el ala más conservadora del chavismo, y la más apegada a la línea de La Habana, se impuso en el forcejo por el control político.
“La pelea comenzó antes de que Chávez se muriera”, dijo una de las fuentes consultadas, que habló bajo condición de anonimato, antes del anuncio de Cabello.
“Hay una guerra abierta entre las facciones. Están luchando por las distintas cuotas del poder, que al final significan negocios”, agregó.
En el centro de la contienda se encontraban Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quienes representan, respectivamente, al ala ortodoxa pro cubana y al sector nacionalista del chavismo.
Las fuentes consultadas dijeron que ambos habían estado maniobrando en torno, y ejerciendo presión sobre, el Tribunal Supremo de Justicia para ver cuál de los dos iba a asumir la presidencia tras el fallecimiento de Chávez.
Coincidieron en que la Constitución claramente establece que el derecho le corresponde a Cabello, pero Maduro parecía haber “madrugado” a sus oponentes el miércoles al emitir un decreto en el que él aparecía como “presidente encargado”.
“Eso fue un Madurazo”, afirmó otra de las fuentes, al describir las similitudes de las acciones de Maduro con el golpe de Estado propinado contra Chávez 2002 y encabezado en ese entonces por Pedro Carmona, quien asumió la presidencia con la emisión de un decreto. Esa acción fue posteriormente denominada por el chavismo como el “Carmonazo”.
Hasta el jueves, las acciones de Maduro no habían sido ratificadas por el Tribunal Supremo de Justicia, donde algunos magistrados expresaron renuencia, primero porque el lenguaje de la Constitución es demasiado claro para ser ignorado y segundo debido a que el sector militarista aún ejerce alguna influencia sobre ellos.
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